Si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de que el compresor industrial lleva mucho tiempo desempeñando un papel fundamental en entornos industriales. De hecho, para ser más exactos, sus inicios se remontan al siglo XIX.
No obstante, vivimos en la era de la tecnología. La modernización de esta maquinaria se hace patente, en especial en un contexto tan exigente como el que vivimos hoy en día. ¿Hacia qué camino se dirige el compresor industrial para suplir las necesidades actuales? Seguidamente encontrarás la respuesta.
Ya en pleno 2022, las necesidades del mercado han evolucionado. Asimismo, en la sociedad también han calado otras responsabilidades, como la preocupación medioambiental. Debido a tales motivos, las tendencias actuales apuntan hacia un futuro así:
- Diseño modular. Si el compresor industrial está diseñado de esta forma, su fabricación es más flexible. Lo mismo ocurre con la reparación y sustitución de componentes. Así, la demanda del mercado se satisface de forma efectiva y veloz.
- Mayor seguridad. Evitar todo tipo de accidentes, incluso los más pequeños y de menor riesgo es un objetivo capital. Ya adelantamos en este artículo algunos consejos para la prevención personal. Pero cuanto más avanzada sea la robotización, menos intervención de los operarios será necesaria.
- Tecnología inteligente. Vivimos en la era smart. Si algo tan superficial como un televisor ya dispone de esa tecnología, podemos imaginar el alcance que tendrá esta en el sector industrial. Más información permitirá prevenir reparaciones y optimizar el rendimiento hasta de forma remota.
- Ahorro energético y protección medioambiental. Este último punto no podía faltar en la lista. Ahora que la energía está más cara que nunca, se hace latente lo vital que es contar con compresores de bajo consumo. Por supuesto, estos cuidan de manera más responsable los recursos de nuestro planeta.
En Folch Técnica Industrial estamos al día con las últimas novedades del mundo del compresor industrial para ofrecer a nuestros clientes los mejores productos del mercado. ¿Hablamos?